Una de las primeras tareas que debes realizar tras decidir que quieres hacer promoción en redes sociales de tu empresa es: elegir en qué red o redes sociales va a estar. Es una de las decisiones más importantes, y la base de tu posterior estrategia de marketing en redes sociales.
La respuesta a la pregunta es sencillamente, que debes elegir las redes en las que se encuentra tu público objetivo. Pero esto no siempre está tan claro. Por eso, en este post, vamos darte algunas pautas que te ayudarán a tomar esta decisión.
Definir el público objetivo
Pero, ¿quién es ese público objetivo?. Debes hacer un estudio de quién consume tus productos o servicios: tus clientes. Conocer si son hombres o mujeres, su rango de edad, su idioma, cuáles son sus intereses, miedos y motivaciones o saber dónde viven te ayudará a detectar en qué plataformas se mueven.
¡Consejo! Esto es especialmente importante a la hora de hacer publicidad en redes sociales: cuanto mejor definido esté tu público, más efectivas serán tus campañas.
Localizar a esos clientes
Necesitas saber dónde están tus clientes, y el sentido común dice que donde hay más gente, deberían haber más posibilidades (al menos en principio). Así, las principales redes sociales por número de usuarios activos son:
Facebook: 1.280 millones
Google+: 540 millones
Twitter: 255 millones
Instagram: 200 millones
LinkedIn: 187 millones
Pinterest: 40 millones
*Datos del informe elaborado por Digital Insights sobre las redes sociales en 2014
Aunque no porque tengan más usuarios significa que tu público esté ahí. ¡Deberás seguir investigando!. El informe anual de IAB Spain sobre el estado de las redes sociales te dará algunas pistas más para saber qué perfiles encontrar en cada plataforma.
Concretar las acciones a realizar
Es importante saber qué acciones voy a querer desarrollar para ver qué redes me van a permitir llevarlas a cabo.
Las principales redes sociales generalistas son Facebook y Twitter, por lo que si lo que buscas es llegar a muchas personas, ambas pueden funcionar. De entre éstas, si lo que más te interesa es generar conversación, quizás Twitter y su inmediatez sea tu mejor opción.
Pero quizás tu público objetivo se localiza en una red más reducida y específica. Si eres capaz de detectar esto, con menos esfuerzos conseguirás contactar con más personas realmente interesadas en tu proyecto.
Es como entrar en una habitación en la que se han reunido 20 canaricultores para hablar del tema, y yo cuelgo el póster sobre mi curso de canaricultura en la entrada. O dejar ese mismo póster en un estadio de fútbol, en el que quizás haya algún canaricultor. En el primer caso probablemente los 20 amantes de los canarios le echarán aunque sea un vistazo a mi póster, pero en el segundo caso, o contrato un zepelín con una megapantalla o no creo que ningún canaricultor allí presente, si lo hay, se entere de que monto un curso de canaricultura.
Lo sé… es un ejemplo buenísimo, y clarísimo, ¿verdad? 😉
A lo que íbamos: ejemplos de redes sociales específicas con funcionalidades muy definidas son Instagram y Tumblr para fotografía; LinkedIn es ideal para temas empresariales y B2B; y para vídeo se puede echar mano de YouTube, Vimeo o Vine.
Estos son sólo los ejemplos más conocidos, pero hay muchos más. Aquí podrás consultar el listado de las principales redes sociales según Wikipedia.
Saber qué hace mi competencia
Otro factor que se puede/debe tener en cuenta a la hora de elegir las redes sociales para vender mi producto o servicio es si tus competidores están o no en dichas redes sociales. No hablamos de “copiar” porque sí, hablamos de benchmarking. Es decir, hacer un estudio sistemático de qué está haciendo la competencia, tomar ejemplos de buenas prácticas que lleven a cabo otras empresas similares y adaptarlos a tus necesidades y condiciones concretas.
Si eliges tener presencia en las mismas redes que tus competidores, sé consciente que habrá más rivalidad, pero que seguramente estarás dónde esté tu público objetivo.
¿En cuántas redes sociales debo estar?
En aquellas de las que te vas a poder hacer cargo, y que, por supuesto, sepas utilizar. Básico.
Ya he comentado en otras ocasiones que es peor tener un perfil abandonado en alguna red social que no tenerlo. Y también que gestionar redes sociales lleva su tiempo: no se trata de llegar por la mañana a la oficina, compartir la primera noticia que te llame la atención y contestar los mensajes pendientes. Requiere planificación y programación de contenidos. Pero… esta es otra historia que contaré en otro momento 😉
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