¿Son los medios online la manera de hacer frente a la agenda-setting tradicional, sobre todo para los partidos y/o candidatos con menor proyección y/o presupuesto?
Sí. Hay una teoría en la ciencia política que se llama Teoría Niveladora, que viene a decir que, con menos recursos, en las redes sociales se puede hacer mucho más, porque si segmentas y llegas a la gente que realmente te interesa, no necesitas tanto dinero. Gracias a las donaciones, por ejemplo haciendo crowdfunding, y no dependiendo de los bancos, consigues llegar a la gente, y más aún si estas técnicas se convierten en noticia. Además, en estos casos, el resto de partidos van a rebufo, entrando en la conversación por medio de la crítica, lo que consigue amplificar la noticia inicial. Esta Teoría Niveladora muchas veces se demuestra. Por ejemplo, Biel Barceló tiene muchos más seguidores en Twitter que Francina Armengol. Veremos si la teoría también se traslada a los resultados electorales, porque no se pueden predecir los resultados en las urnas en función de los resultados en las redes sociales. Pero sí que sirven para ver la mediatización de la política. En este sentido, Més lo está haciendo muy bien.
Con la consolidación definitiva de las redes sociales y los nuevos medios que posibilitan la bidireccionalidad en la comunicación y la conversación entre las partes; ¿qué peso adquiere la gestión de la marca personal en el ámbito del marketing político, tanto a nivel nacional como autonómico y local?
En Facebook, si tienes una Fan Page, sólo te ven el 5-10% de tus fans, mientras que si tienes un perfil personal, te ven casi todos tus “amigos”. Esto es un filón, porque se puede tener una página de la agrupación o el partido más el perfil del candidato. Tener un perfil personal -aunque no lo gestione el propio candidato- te permite comunicarte a través de mensajes privados o por chat. Sin embargo, hay otros candidatos que, porque son más tímidos o lo que sea, no quieren tener un perfil personal o lo tienen tan personal que lo reducen a su ámbito más privado. Hay candidatos que le están dando la vuelta a este concepto. Un ejemplo es José Hila, en Palma. Hace unos días compartió, por primera vez, una foto con sus dos hijas y obtuvo unos 200 “Me gusta”. ¿Por qué? Porque provoca simpatía.
En los municipios, de toda la vida, se vota a la persona. Por mi trabajo, cada día me encuentro con casos en los que incluso se esconde la marca del partido porque está desgastada o estigmatizada, y eso podría perjudicar al candidato. Por el contrario, hay otros candidatos que no quieren estar en las redes sociales porque se creen que, de ese modo, no se hablará de ellos ni se les criticará.
¿Las estrategias de inauguraciones, visitas, “un café con…”, etc. siguen siendo efectivas?
Para movilizar a los tuyos, hacer la foto y que salga en prensa, sí. Lo negativo es que no se suelen integrar estrategias offline y online, y pasa que una campaña se te vuelve en contra en redes sociales, como le pasó al PP con #GestióBauzá o #UnaBonaGestió. La estrategia de la foto ya no cala, gracias también a proyectos como Maldita Hemeroteca, Nación Rotonda o Salvados, que después de la foto de la primera piedra van a buscar qué pasó después.
¿Por qué los políticos están tan obsesionados con los números y no tanto por la calidad de la conversación en redes sociales?
Porque los gabinetes y, en muchos casos, los propios candidatos viven en una burbuja. No reciben formación para aprender a utilizar los medios sociales, y no les dicen que si les escriben, deben responder, y si les critican, no tienen que tomarlo como una amenaza o esconderse, sino que tienen que tomarlo de tal modo que expongan sus argumentos, rebatan la opiniones y apaguen los fuegos. Pero no, en muchos casos tienen a los candidatos escondidos. Foto y vámonos. Sin conversación y sin transparencia. En cambio, los partidos que sí que lo hacen son los que consiguen movilizar, y cuando le ponen cara al candidato son capaces de conseguir votos solo por el simple hecho de habérselo cruzado por la calle.